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¡Hay el AMOR! SI… ¡El AMOR! Uno de los sentimientos más característicos del “homo sapiens”. Aquel estado físico y mental que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. En pocas palabras, es el sentimiento por el cual se le desea el bien a otra persona (generalmente). Pero, como ya lo dijo alguna vez José José: “el amor acaba”. Y cuando acaba, el individuo se da cuenta de todas aquellas extrañas acciones que realizó gracias a aquel sentimiento que nacía muy en su interior. El amor te induce a hacer cosas muy extrañas, cosas que jamás imaginaste hacer. SÍ el amor te hace ESTÚPIDO.
Pero lo anterior no sólo lo digo yo. Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), después de realizar un estudio científico sobre las implicaciones neurológicas del amor, llegaron a la conclusión de que éste sentimiento tan sólo dura un máximo de cuatro años y se caracteriza por ser un "estado demencial temporal". Georgina Montemayor Flores, de la Facultad de Medicina de la UNAM concluyó: “en la medida en que piensa recurrentemente en la misma persona, la condición sicológica del enamorado puede ser comparable con un estado obsesivo compulsivo”.
Por otra parte, un estudio realizado en la Universidad de Rutgers en New Jersey, EUA, arrojó resultados muy similares a los obtenidos por los investigadores mexicanos (para los malinchistas que no confían). Este estudio propone 3 etapas del enamoramiento: deseo, atracción y apego. En cada etapa se describe la relación hormonal del enamorado con su comportamiento.
Etapa 1: Deseo. Esta es conducida principalmente por dos hormonas sexuales: testosterona y estrógenos (en hombres y mujeres respectivamente).
Etapa 2: Atracción. Es el estado en el que el individuo se siente realmente enamorado, y no puede pensar en nadie más que en el ser amado. Un estudio realizado a un grupo de individuos que se consideraban enamorados; reveló que sus cerebros mostraban una actividad inusual en ciertas áreas, con un uso indiscriminado de neuronas. Esto explica, según los científicos, el peculiar comportamiento de los enamorados (estupidez), ya que no pueden concentrarse fijamente en sus acciones por estar pensando en todo momento en el ser amado. Este mismo estudio sugiere que un individuo no puede estar enamorado de dos personas a la vez, al contrario del apego o del deseo sexual.
Los científicos sugieren que en esta etapa están envueltos tres neurotransmisores: adrenalina, dopamina y serotonina.
Adrenalina. En las etapas tempranas del enamoramiento el estrés responde, incrementando los niveles de adrenalina en la sangre. Este es el efecto “encantador” de cuando uno siente el corazón acelerado, empieza a sudar y la boca se siente seca.
Dopamina. En el experimento, se examinaron los cerebros de individuos que recientemente se habían enamorado. Se descubrieron altos niveles del neurotransmisor llamado dopamina. Este químico estimula el “deseo” y la ‘recompensa’. Es el mismo efecto que un individuo experimenta al ingerir Cocaína. Los científicos sugieren que los individuos que experimentan una sobrecarga de dopamina muestran un incremento en su energía; menos necesidad de dormir o comer, y se enfocan más en las atenciones y detalles hacia el ser amado.
Serotonina. Uno de los químicos más importantes del amor y que probablemente explique el porqué de que los enamorados siempre estén pensando en el ser amado. Los altos niveles de serotonina en los enamorados son equivalentes a los niveles en los pacientes en estado obsesivo compulsivo (tal como lo mencionan los mexicanos).
Etapa 3: Apego. El apego se interpreta como el lazo que mantiene a las parejas juntas lo suficiente para concebir y criar a sus hijos. Los científicos piensan que puede haber dos hormonas envueltas en este sentimiento: oxytocina y vasopresina.
Oxytocina. Esta es una hormona muy poderosa que es liberada tanto por hombres como por mujeres durante el orgasmo. De ella depende el sentimiento del ‘apego’ y hace que las parejas permanezcan juntas después de haber tenido sexo. La teoría indica que mientras una pareja tenga más sexo los lazos se harán más profundos y duraderos. Sin embargo, los estudios indican que esta hormona tan sólo es liberada durante los primeros 4 años del enamoramiento, después de este periodo ya no es liberada por el sistema en las mismas cantidades.
Esta hormona también es liberada por las madres durante el parto y ayuda a cimentar el fuerte lazo entre los niños con sus madres. Un estudio hecho en Nueva York por la asistente de psicología, Diane Witt, reveló que si es bloqueada la liberación de esta hormona en las ovejas y ratas, ellas tienden a rechazar a sus propias crías.
Vasopresina. Es otra hormona importante para la etapa de compromiso a largo plazo y es liberada después de tener relaciones sexuales. También llamada la hormona “anti diurética”, trabaja con los riñones para controlar la sed. Un estudio hecho con “conejos de las praderas” descubrió el papel de esta hormona en el sentimiento de “apego”. Los “conejos de las praderas”, al igual que los seres humanos (en la mayoría de casos), forman lazos estables con una pareja. Cuando a un “conejo de las praderas” macho, se le suministró una droga que suprimía los efectos de la vasopresina, se observó que el lazo que tenía con su pareja fue deteriorado inmediatamente, dejándola de proteger.
Pero el amor no sólo es un sentimiento de “encanto”. Alguien alguna vez me dijo: “el peor dolor que he sufrido en mi vida es el de haber sido rechazado por el ser amado, incluso supera el dolor de haberme roto la pierna en dos”. Tal vez esto les suene algo exagerado (a mi también), pero experimentos realizados por la Dr. Lucy Brawn del departamento de neurología y neurociencia del Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York, demostraron que el sentimiento de rechazo amoroso activa las mismas zonas cerebrales que el cerebro utiliza cuando el individuo experimenta dolor físico intenso.
Así es, todo parece indicar que lo que llamamos amor y sentimos como amor, probablemente es sólo una forma ‘hermosa’ que la naturaleza ideó para mantener a la especie humana viva y reproduciéndose. Tal vez pensemos que estamos escogiendo una pareja, pero probablemente sólo seamos víctimas de un plan ‘encantador’ de nuestra propia fisiología.
Por otra parte, estos estudios pueden explicar el comportamiento actual de nuestra sociedad. El porqué cada año hay más divorcios y menos apego de las parejas. Tal vez esto es sólo una muestra de que nuestra sociedad está cambiando y que las nuevas parejas ya no se tragan aquél cuento chino que les contaron de pequeños: “y vivieron felices para siempre…”.
CAFU